—El perro me lo quedo yo—dijo Luis desde el sillón de
orejas, dando la espalda a su mujer.
—Ya veo cuanto te importa él cuando en lugar de llamarlo por
su nombre le llamas perro.—le contestó ella desde la puerta del apartamento de
paredes vacías.
—Pues que sepas que Bren me importa más que tú, eso que te
quede claro—subrayó Luis.
—Ya, ya me lo has demostrado sobradamente. A Bren nunca lo
dejarías montarse a cualquier perra de la calle…
—…como he hecho contigo—le interrumpió socarronamente Luis
bebiendo un trago de whisky.
—Así que reconoces que fue culpa tuya—contestó airadamente
Carmen –¿o acaso no fuiste tú quien me arrojó en otros brazos?. Tenemos una
vida sexual muy aburrida, decías. Deberíamos conocer a otras personas, probar
algo diferente, sentirnos deseados por otros, como echar una guindilla en el
guiso, decías. Y ahora resulta que te ha tocado a ti la guindilla entera. No lo
viste venir. ¡Qué irónico!, ¿verdad?.
—Vete y déjame en paz—respondió Luis profundamente enfadado,
a punto de estallar en llanto mientras una primera lágrima le resbalaba bajo
las gafas oscuras y se perdía entre el pelo del hermoso labrador que lamía la
mano de su amo derrotado.
Ella tocó a tientas la maleta—me voy, Luis—anunció finalmente.
–Lucía está abajo con un taxi esperándome.
Por la noche Luis con mano temblorosa vaciaba el último trago
de la botella de whisky.
—Ojos que no ven, corazón que no siente…¡mentira!—se
lamentó. Bren dormía a sus pies con un ojo abierto y otro cerrado, tan
vigilante, tan fiel como siempre.
28 abril 2014
Ya eres un "bloguero"...A partir de ahora tendrás una ferviente seguidora de esta nueva etapa de tu creatividad. Animo y sigue observando la vida con tu alma de "escribidor" para que a los que te leemos nos dibujes una sonrisa, una reflexión, un algo...que nos sensibilice. Todo el cariño inmenso de hermana y creo que el honor de ser la primera en comentar...
ResponderEliminarCómo te dije en el privado - que no es un cuarto oscuro para gays salidos, sino la correspondencia habitual - me quedé con muchas ganas de más. Sirva esta experiencia para forzarte a escribir y de paso animarme para hacer lo mismo.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Gracias, Instigador. A la hora de escribir no es que sea poco amigo de los consejos, es que alargar esta historia en mi opinión no hubiera aportado nada nuevo al relato y sí le restaría intensidad. De nuevo gracias. Nos vemos en Madrid.
EliminarNo se pueden decir tantas cosas en tan pocas líneas. La ironía de -"Ojos que no ven...! y hasta una Lucía: elemento discordante y con el mismo nombre de la Patrona de los ciegos.
ResponderEliminarHay una ironía más, cuando ella le dice a su marido ..."no lo viste venir, qué ironía".(Valga la redundancia). Cuando escribo trato de usar símbolos reconocibles y universales en lugar de tópicos. Con ello pretendo que el lector encuentre como mínimo trazas de sí mismo y de su entorno en cada historia.
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